El fondo multicolor envuelve la obra, creando una atmósfera de energía y diversidad. Los colores rojo, amarillo, naranja, verde, negro y blanco se entrelazan en la figura abstracta, delineando formas y contornos que sugieren movimiento y vitalidad.

Cada matiz de color añade expresividad y dinamismo al retrato, aportando capas de significado y emoción a la obra. El rojo y el amarillo iluminan las áreas más destacadas, mientras que el verde y el negro proporcionan contrastes y sombras que añaden profundidad y volumen a la imagen.

El naranja aporta un toque de calidez, mientras que el blanco añade respiros de luz, infundiendo la composición con una sensación de vitalidad y pasión. Juntos, estos colores trabajan en armonía para crear un retrato abstracto que cautiva al espectador, invitándolo a explorar los matices emocionales y simbólicos de la obra.