Retrato rojo

Este retrato pertenece a una serie de obras que a Enrique Pichardo le gusta hacer, ya que tiene que ver con las máscaras tribales. Son rostros con trazos muy primitivos y semiabstractos que están tratados de una manera expresionista y están decorados con muchos motivos, como las artesanías autóctonas.

En ellas se pueden percibir las raíces que dejó en el pasado de Enrique Pichardo donde por muchos años se dedicó a ser un artesano que hacía Alebrijes, estos son unos seres fantásticos muy coloridos que inventaron los indígenas de su país de la zona de Oaxaca.

Este retrato es especial porque es menos colorido de los que Enrique Pichardo suele hacer. Su paleta de colores está limitada a la familia de los rojos